su camino de luz en el cielo.
Lo comentan los niños jugando
con el agua de un cauce sereno.
¿Dónde va el peregrino celeste
por el claro infinito sendero?
Va a la aurora que brilla en el fondo
en caballo blanco como el hielo.
Del libro de poemas "Santiago" de Federico García Lorca
Una receta más para dejar preparada y que nos solucione parte de la comida de un día como el de hoy. Si lo complementamos con una empanada de zamburiñas y una tarta de Santiago, como las que hace mi hermana Carmen (ambas recetas en este blog) acompañada de un café de pota con "jotas", honraremos al Santo Patrón de las Españas como se merece.
INGREDIENTES1 pechuga de pollo
100 g de jamón cocido
1 zanahoria
1/2 pimiento morrón
75 g de aceitunas deshuesadas
1/2 vaso de brandy
2 huevos
Sal, pimienta y nuez moscada
Un molde desechable de "queique"
Aceite y pan rallado para forrarlo
MODO DE HACERLO
Os recuerdo, antes de empezar, que el secreto del fiambre casero es picar mucho, mucho, la carne.
Trituramos la pechuga de pollo (más fácil si, previamente, la cortamos en trozos pequeños) junto con el jamón cocido hasta que nos quede como una pasta. Añadimos los dos huevos batidos, el coñac y la zanahoria, el pimiento (sin piel y sin pepitas) y las aceitunas en "brunoise" (trocitos pequeños).. Sal, pimienta y nuez moscada a gusto. Pincelamos el molde con aceite y lo espolvoreamos de pan rallado, echamos la mezcla, extendiéndola bien para que quede de la misma altura y le ponemos la tapa. Lo colocamos en la bandeja del horno, precalentado a 200º, con dos dedos de agua y lo hacemos al "baño María". A los 20 minutos comprobamos si está hecho con el método de la aguja de calcetar.
Lo desmoldamos en frío y lo servimos cortado en lonchas, acompañado de una ensalada.
Con esta receta me despido hasta septiembre, dándoos y dándome un merecido descanso.
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