Vamos a hacer una receta con un pescado que en este momento ya hay en el mercado, puesto que la mejor época para comerlo es de primavera al otoño. Es un pescado blanco, con muy poco contenido en grasas y que tiene un tremendo inconveniente: las espinas, aunque en justa compensación carece de escamas. Me estoy refiriendo al riquísimo congrio. A la hora de comprarlo tenéis que procurar que os lo den por la parte abierta, ardua tarea, ya que el pescadero o pescadera se va a negar a venderos solamente esa parte. Yo lo compro entero y con la parte cerrada hago un delicioso caldo que, minuciosamente colado, me servirá para hacer una sopa, un arroz o pasta. Es un pez que se pesca por las noches y en aguas profundas, por lo que también puede contener el temido anisakis (de eso ya he hablado largo y tendido en la página de "PESCADOS") razón por la que aconsejo su congelación.

1 cebolla
2 dientes de ajo
Una rama de perejil
1 vaso de vino blanco
Un bote de guisantes pequeñitos (optativo)
Un sobre de azafrán
Aceite
Sal
MODO DE HACERLO
En una cazuela plana ponemos a calentar un fondo de aceite y sofreímos la cebolla bien picada. En el mortero, machacamos los ajos, el perejil y la sal (ésta nos ayudará en el majado) y lo añadimos al sofrito. Le damos a todo una vuelta. Colocamos encima las rodajas de congrio, añadimos el vino blanco y el azafrán y dejamos que se haga unos 4 minutos por cada lado. Ojo al darle la vuelta, hacedlo con tiento para que no se rompa. Al mismo tiempo añadimos los guisantes. Mientras pasan esos 8 minutos mover la cazuela para que la salsa ligue y se espese.
Podéis acompañarlo con patatas redondas, gorditas y fritas, puestas alrededor de la cazuela, en donde aconsejo servirlo con el fin de que no se deshaga el pescado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Me gustaría que me dejaras tu opinión