Fue
esta misma tarde: mi cristal vertía
como hoy sobre el mármol su monotonía.
¿Recuerdas, hermano?… Los mirtos talares,
que ves, sombreaban los claros cantares
que escuchas. Del rubio color de la llama,
el fruto maduro pendía en la rama,
lo mismo que ahora. ¿Recuerdas, hermano?...
Fue esta misma lenta tarde de verano.
como hoy sobre el mármol su monotonía.
¿Recuerdas, hermano?… Los mirtos talares,
que ves, sombreaban los claros cantares
que escuchas. Del rubio color de la llama,
el fruto maduro pendía en la rama,
lo mismo que ahora. ¿Recuerdas, hermano?...
Fue esta misma lenta tarde de verano.
Fragmento del poema "Fue una clara tarde, triste y soñolienta" de Antonio Machado
INGREDIENTES
1/2 kg de pechugas de pollo
200 gr de nueces peladas
4 cuharadas de azúcar
1 cucharada de agua
Tantas rodajas de queso como comensales
Miel
AceiteVinagre de Módena
Sal
MODO DE HACERLO
Se corta la lechuga muy fina y se reserva. Se caramelizan las nueces haciendo con el azúcar y el agua un caramelo. Cuando empiece a tomar color se echan las nueces, se revuelve y se ponen sobre un papel de horno. Cuando están frías se machacan con el rodillo de las masas. Por otro lado cortamos las pechugas en tiritas y saladas, las maceramos una media hora en limón y pimienta. Las freímos en un fondo de aceite y también las reservamos. Emplatamos o "enfuentamos": una base de lechuga a la que echamos sal, encima las tiras de pechuga, encima las nueces caramelizadas y por último las rodajas de queso que pasamos por la sartén con una cucharilla de miel (cada una) para que también se caramelicen. Todo ello lo rociamos con aceite de oliva y pulverizamos con vinagre de Módena. Este último con tiento, ya que sólo queremos perfumar.
Esta ensalada podéis hacerla mezclando todos los ingredientes aliñados y solamente colocar encima las rodajas de queso caramelizadas.
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