A lo largo de estos años hemos hecho varias mermeladas con diferentes frutas y, dependiendo de los gustos de cada cual, todas han tenido gran éxito de crítica y público.
Estos días de atrás he hecho una con melocotones amarillos, cuya producción es escasa y ya va tocando a su fin. Como es una fruta de coste elevado, les pido a mis fruteros que. durante una semana, me vayan guardando los que van retirando porque están demasiado maduros o tienen un pequeño golpe, en fin, los que por su aspecto no están tan lucidos y no pueden venderlos por su importe habitual. Consecuentemente, compro una buena cantidad por un módico precio.
La mermelada y el aroma que tiene mi casa mientras la estoy haciendo, son inigualables.
INGREDIENTES
Azúcar
El zumo de 1/2 limón
Se lavan, frotando un poco, los melocotones para que se les vaya la pelusilla, se trocean y se pesan. Se echan en la cazuela en la que se va a hacer la mermelada y se añade el mismo peso de azúcar y el zumo de 1/2 limón. Se revuelve todo y se deja macerar durante 24 horas. Al día siguiente se pone al fuego y se deja cocer, revolviendo con cuchara de madera, hasta que esté en su punto (45 minutos más o menos). Sabremos que está hecha cuando al poner un poquito en un plato, la mermelada no se desparrama. En caliente,
envasamos en botes herméticos, pasándolos antes por agua caliente para que no se rompan con el contraste de temperaturas. Llenamos hasta 2 cm del borde, cerramos rápidamente para que el propio vapor haga el vacío. Dejamos enfriar y ya podemos utilizarla o guardar los frascos en el congelador, donde se conservan perfectamente.
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