Un día un dulce día con manso sufrimiento,
te romperás cargada como una rama al viento,
y será el regocijo
de besarte las manos, y de hallar en el hijo
tu misma frente simple, tu boca, tu mirada,
y un poco de mis ojos, un poco, casi nada...
te romperás cargada como una rama al viento,
y será el regocijo
de besarte las manos, y de hallar en el hijo
tu misma frente simple, tu boca, tu mirada,
y un poco de mis ojos, un poco, casi nada...
Fragmento de "Maternidad" de José Pedroni
Sigo con mi "teima" (idea fija y constante, traduzco para los no gallegos) de hacer platos sabrosísimos, baratos y fáciles con los que nos hemos alimentado los niños que hoy somos abuelos. No quiero que se pierdan. Supongo, aunque no lo sé con seguridad, que era un plato procedente de Castilla y León aunque probablemente extendido por todo el país. Esta receta solamente se la he visto hacer a mi madre, ni siquiera la he comido en otro sitio que no fuera nuestra casa. Solo con el recuerdo me caen las lágrimas.
INGREDIENTES
1 kg de patatas
1 cebolla
2 dientes de ajo
Una rama de perejil
2 huevos
Harina
1 vaso de vino blanco
Sal
Aceite
Azafrán
MODO DE HACERLO
Se pelan las patatas y se parten en ruedas gorditas (como de un centímetro). Salamos y las rebozamos en harina y huevo batido. Las freímos por "tandas" para que no se peguen. Las escurrimos sobre papel de cocina.
Majamos en el mortero los ajos, con un aire de sal (para que se machaquen con facilidad), junto con el azafrán y el perejil. Reservamos.
En la cazuela, en la que las vayamos a servir, ponemos un fondo de aceite y pochamos la cebolla bien picada. Cuando esté transparente, colocamos las patatas encima, añadimos el majado y bañamos todo con el vino blanco. Meneito de muñeca para que ligue la salsa, probamos de sal y en 10 minutos a la mesa.
¿Alguien da más por menos?

1 kg de patatas
1 cebolla
2 dientes de ajo
Una rama de perejil
2 huevos
Harina
1 vaso de vino blanco
Sal
Aceite
Azafrán
MODO DE HACERLO
Se pelan las patatas y se parten en ruedas gorditas (como de un centímetro). Salamos y las rebozamos en harina y huevo batido. Las freímos por "tandas" para que no se peguen. Las escurrimos sobre papel de cocina.
Majamos en el mortero los ajos, con un aire de sal (para que se machaquen con facilidad), junto con el azafrán y el perejil. Reservamos.
En la cazuela, en la que las vayamos a servir, ponemos un fondo de aceite y pochamos la cebolla bien picada. Cuando esté transparente, colocamos las patatas encima, añadimos el majado y bañamos todo con el vino blanco. Meneito de muñeca para que ligue la salsa, probamos de sal y en 10 minutos a la mesa.
¿Alguien da más por menos?
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