lunes, 11 de febrero de 2019

CHURROS

Quizá nos encontremos frente a frente algún día.
Quizá nuestros disfraces nos logremos quitar.
Y ahora me pregunto....¿Cuándo ocurra, si ocurre,
sabré yo de suspiros, sabrás tú suspirar?

                                                                     "Un día" de Alfonsina Storni

Precioso y melancólico poema para una tarde de invierno.



Hay que tener muy mal la cabeciña para pasar una tarde de invierno haciendo churros, habiendo churrerías en donde te los dan hechos y más ricos (o al menos igual) que los tuyos. Pero es que se pasa bárbaro, sobre todo si hay niños por el medio. 
Su elaboración no tiene mucha ciencia, pero sí técnica y además es fundamental que el aceite de la fritura sea de la mejor calidad y contar con una churrera tradicional para que no se formen burbujas de aire. No os aconsejo la manga pastelera.

INGREDIENTES:
3 tazas de agua
3 tazas de harina
Una cucharilla de sal
Aceite de oliva virgen extra para freir

MODO DE HACERLO
En los churros las medidas son en volumen, no en peso, por eso os indico el mismo recipiente para calcular los dos ingredientes.
Ponemos a hervir el agua con la sal en una olla o cacito alto. Cuando esté en ebullición echamos, de golpe, toda la harina y revolvemos rápidamente, con cuchara de madera, hasta formar una pasta consistente y pegajosa. Cuando la masa esté templada (no fría) vamos introduciéndola en la churrera y haciendo que salga el churro que iremos cortando sobre un trapo húmedo. Los freiremos en abundante aceite caliente moviéndolos con la espumadera para que se doren por todos los lados. Escurrimos sobre papel de cocina y espolvoreamos con azúcar.
El acompañamiento de una taza de chocolate, más o menos espeso, hará que una tarde, en principio aburridita, resulte inolvidable.




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