Esta receta es un poquito laboriosa, pero para que no nos resulta tan pesada, limpiaremos los calamares el día anterior y los dejaremos limpios y cortados en la nevera. También podemos congelarlos y utilizarlos cuando nos venga bien.
INGREDIENTES
1 1/2 de calamares
1 cebolla
2 dientes de ajo
Aceite
Sal
Una rama de perejil
1 vasito de vino albariño
Una cucharada de pan rallado
MODO DE HACERLO
Se limpian los calamares sacándoles todo lo de dentro. La cabeza se corta por debajo de los ojos, se retira la espada y se les quita la piel, lavándolos muy bien por dentro y por fuera. Se les da la vuelta como a un calcetín y se reservan junto con los tentáculos. Las bolsas de tinta que tienen los calamares en su interior, se van poniendo en una tacita con agua.
Se pone el fondo de la olla a presión con aceite y se sofríe la cebolla bien picada. Cuando esté transparente se añaden los ajos, el perejil y un poquito de sal (¡ojo con ésto! ya que a veces los calamares están suficientemente salados) que previamente se habrán machacado en el mortero. Se añade esta mezcla a la cebolla frita, junto con los calamares cortados en aros (los tentáculos en trozos) y el vino. Se dejan cocer 5 minutos a fuego suave y se abre la olla para comprobar la sal y lo blandos que están. Si es necesario se les deja hacer un poco más y se les añade agua. Cuando estén en su punto se añaden las tintas (que tendemos metidas en una tacita con agua) pasadas por un pasapuré y el pan rallado, dejando que se hagan unos minutos más.
Acompañadlo de arroz blanco (ver recetas).
NOTA: Este plato se puede hacer con jibia (¡riquísima!) o con calamares congelados. En este caso debéis comprar dos o tres bolsitas de tinta.
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