Salamanca, Salamanca,
renaciente maravilla,
académica palanca
de mi visión de Castilla.
Y allí, en la Salamanca de intensos recuerdos probé, por primera vez, unos fritos de pimientos inigualables. Intenté copiarlos (la receta no la revelan ni locos) y aunque se iban acercando, no llegaban a su textura y sabor. Decidí rebuscar en recetas de cocineros antiguos y modernos y los dioses premiaron mi tesón al encontrar en el libro "La cocina completa" de la Marquesa de Parabere (publicado en 1933 y reeditado varias veces) unos fritos llamados "cromesquis" que no son más que croquetas que, en vez de rebozarlas en huevo y pan rallado, se envuelven en una pasta de fritura. No puedo deciros sin son iguales, porque la memoria juega malas pasadas, pero os puedo asegurar que estos son riquísimos.
INGREDIENTES PARA LA BECHAMEL
6 pimientos de piquillo en lata
1 pimiento choricero
100 gr de harina
50 gr de aceite
1 litro de leche
20 gotas de tabasco
Sal
Pimienta blanca molida
Nuez moscada
Para rebozar:
1 huevo
100 gr de harina
2 dl de leche (200 gr)
Un sobre de levadura "Royal"
Sal
Aceite para freir
MODO DE HACERLO
Unas horas antes pondremos el pimiento choricero en una taza con agua para que se hidrate. Cuando esté hidratado (blando) lo abrimos, vaciamos de pepitas y sacamos la "carne" rascando con el canto no afilado de un cuchillo. En la batidora de brazo ponemos los pimientos de piquillo y los trituramos. En un bol echamos esta pasta, el pimiento choricero, la pimienta, la nuez moscada (en polvo o la rallamos) y el tabasco. Reservamos.
Preparamos una bechamel espesa con 50 gr de aceite que ponemos a calentar, cuando esté caliente añadimos la harina, revolvemos bien y dejamos que se haga un poquito. Añadimos la leche poco a poco (sobrará del litro casi para la masa de rebozar) y la sal y dejamos que se cueza durante unos 15 minutos. A media cocción añadimos la mezcla de los pimientos para que coja sabor. Os recuerdo que hemos de hacer una bechamel consistente. Cuando esté hecha volcamos sobre una fuente para que enfríe pronto. Mejor que todo esto lo hagamos el día anterior.
Hacemos la pasta de rebozar mezclando la harina con dos cucharadas de leche, revolvemos para hacer una especie de "engrudo" y añadimos la yema del huevo. Vamos añadiendo leche hasta formar una pasta espesa, salamos e incorporamos la clara montada a punto de nieve.
No nos queda más que preparar una sartén con abundante aceite e ir cogiendo cucharadas de bechamel de pimientos, sumergirlas en la pasta de rebozar y freir. Con dos cucharas lo haréis de maravilla. Ponedlos sobre 2 o 3 hojas de papel de cocina para que escurran y comerlos rápidamente.
¡Ya me contaréis!
NOTA: En todas aquellas pastas que llevan harina, es muy complicado calcular de manera exacta la cantidad de agua, leche, vino, etc. que pueden necesitar. Procuro aproximarme, pero hay que ir tanteando ya que las diferentes harinas absorben de manera desigual el líquido.
INGREDIENTES PARA LA BECHAMEL
6 pimientos de piquillo en lata
1 pimiento choricero
100 gr de harina
50 gr de aceite
1 litro de leche
20 gotas de tabasco
Sal
Pimienta blanca molida
Nuez moscada
Para rebozar:
1 huevo
100 gr de harina
2 dl de leche (200 gr)
Un sobre de levadura "Royal"
Sal
Aceite para freir
MODO DE HACERLO
Unas horas antes pondremos el pimiento choricero en una taza con agua para que se hidrate. Cuando esté hidratado (blando) lo abrimos, vaciamos de pepitas y sacamos la "carne" rascando con el canto no afilado de un cuchillo. En la batidora de brazo ponemos los pimientos de piquillo y los trituramos. En un bol echamos esta pasta, el pimiento choricero, la pimienta, la nuez moscada (en polvo o la rallamos) y el tabasco. Reservamos.
Preparamos una bechamel espesa con 50 gr de aceite que ponemos a calentar, cuando esté caliente añadimos la harina, revolvemos bien y dejamos que se haga un poquito. Añadimos la leche poco a poco (sobrará del litro casi para la masa de rebozar) y la sal y dejamos que se cueza durante unos 15 minutos. A media cocción añadimos la mezcla de los pimientos para que coja sabor. Os recuerdo que hemos de hacer una bechamel consistente. Cuando esté hecha volcamos sobre una fuente para que enfríe pronto. Mejor que todo esto lo hagamos el día anterior.
Hacemos la pasta de rebozar mezclando la harina con dos cucharadas de leche, revolvemos para hacer una especie de "engrudo" y añadimos la yema del huevo. Vamos añadiendo leche hasta formar una pasta espesa, salamos e incorporamos la clara montada a punto de nieve.
No nos queda más que preparar una sartén con abundante aceite e ir cogiendo cucharadas de bechamel de pimientos, sumergirlas en la pasta de rebozar y freir. Con dos cucharas lo haréis de maravilla. Ponedlos sobre 2 o 3 hojas de papel de cocina para que escurran y comerlos rápidamente.
¡Ya me contaréis!
NOTA: En todas aquellas pastas que llevan harina, es muy complicado calcular de manera exacta la cantidad de agua, leche, vino, etc. que pueden necesitar. Procuro aproximarme, pero hay que ir tanteando ya que las diferentes harinas absorben de manera desigual el líquido.
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