Hora tras hora, día tras día,
entre el cielo y la tierra que quedan
eternos vigías,
como torrente que se despeña
pasa la vida.
Devolvedle a la flor su perfume
después de marchita;
de las ondas que besan la playa
y que una tras otra besándola expiran,
recoged los rumores, las quejas,
y en planchas de bronce grabad su armonía.
Tiempos que fueron llantos y risas,
negros tormentos, dulces mentiras,
¡ay!, ¿en dónde su rastro dejaron,
en dónde, alma mía?
"Tiempos que fueron"
"Tiempos que fueron"
Y ahora, coloquemos los pies sobre la tierra y regresemos a la vida ordinaria. Vamos a hacer unas recetas para aprovechar el pan que nos ha sobrado, recetas muy extendidas en tiempos pasados y que actualmente tienen poco sentido porque, entre otras cosas, casi no compramos pan. Pero.... ¡son tan ricas!
INGREDIENTES
Tantos bollitos de pan redondos como comensales
Aceite
Sal
MODO DE HACERLO
Cortamos el bollo por la parte de arriba y lo vaciamos de miga. Queda como una barquita. Preparamos una sartén con abundante aceite y calentamos hasta que alcance el punto. Esto lo sabremos echando un trocito del pan que hemos desechado y en cuanto se ponga dorado sabremos que es el momento. Ponemos la barquita sobre el aceite y nos ayudamos de una espumadera para que se fría por los costados, echándole el aceite caliente. Separamos la yema de la clara y colocamos ésta dentro del bollo. Vamos echando aceite encima (como cuando hacemos un huevo frito) y cuando esté dorada colocamos, con mucho cuidado, la yema. Sacamos todo y servimos.
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