Quién pudiera como el río
ser fugitivo y eterno:
Partir, llegar, pasar siempre
y ser siempre el río fresco...
Verso Nº 2 del poema "Tiempo" de Dulce María Loynaz
INGREDIENTES
2 kg de mejillones
Un frasco de 350 gr de salsa de tomate frito estilo "casero"
100 gr de pan rallado (sobrará)
Aceite
Unas gotas de "Tabasco" (opcional)
MODO DE HACERLO
Si el tomate lo hacéis en casa ha de ser muy espeso. Yo, para esta receta, compro uno de "El Corte Inglés" al que llaman "Tomate frito de cosecha", pero vale cualquier otro que tenga ese toque casero de cebollita y no tan triturado. Si queréis que piquen un poco, añadid unas gotas de "Tabasco".
Repito el proceso que realizo siempre: desechamos los mejillones rotos o abiertos y con un cuchillo raspamos bien las conchas. Colocamos una cazuela grande en el fuego con un fondo de agua. En cuanto hierva, echamos los mejillones, tapamos, los dejamos 2 minutos y retiramos. Escurrimos (no soy partidaria de guardar el agua porque siempre lleva impurezas) los sacamos de las conchas, reservando una de ellas y cortamos con unas tijeras las cuerdecitas. Voy a explicaros algo: mucha gente deja el mejillón pegado a la concha, pero yo un día me corté al intentar comerlo y desde entonces primero lo retiro y después lo vuelvo a colocar, así no tengo ningún peligro. Ya tenemos los mejillones en la fuente, cada uno en su concha, los cubrimos con una cucharada de tomate, encima pan rallado y rociamos con un hilo de aceite de oliva crudo. Tenemos el horno precalentado a 200º (sólo la parte de arriba) y gratinamos. Directos a la mesa y cuidado con no quemaros.
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